Por: Laura Moreno Montoya
Estudiante de Comunicación y Lenguajes Audiovisuales.
Conocernos a nosotros mismos es una parte esencial del ser humano. El hecho de conocerse, nos ayuda a alcanzar el éxito tanto profesional como personal. Las personas que son conscientes de sí mismas son más resistentes, más confiables e incluso más agradables; conocen sus fortalezas y limitaciones, sus ventajas y desventajas. Además, los que son conscientes de sí mismos, saben cuándo confiar en los demás y cuándo brindarles apoyo.
Sin embargo, existen de igual manera personas que no tienen conciencia de sí mismas. Quienes a menudo están al borde de la desilusión. Quienes sienten que están en la profesión que no deberían o se consideran a sí mismos expertos en algún área, pero no lo son.
Por lo tanto, la razón por la que la gente consciente de sí misma es más feliz y más exitosa es obvia. Conocernos a nosotros mismos nos ayuda a desarrollar un mayor carácter y ser mucho más auténticos. Mientras que la falta de autoconocimiento puede rayar en lo peligroso y artificial. ¿Cómo podemos entonces desbloquear esta comprensión alucinante de nosotros mismos?
La ciencia del comportamiento sugiere al menos 7 hábitos que todos podemos iniciar, incluyendo:
- No confíes en ti mismo. A menudo creemos que la gente tiene una idea equivocada de lo que somos, y aunque eso puede ser verdad en ciertas ocasiones, nuestros amigos más cercanos y nuestra familia ven cosas que nosotros no podemos apreciar de nosotros mismos. De hecho, algunas investigaciones recientes sugieren que necesitamos saber cómo nos ven los demás para conocernos a nosotros. Por lo tanto, el primer hábito que hay que cultivar implica obtener una retroalimentación honesta de lo que los demás ven de nosotros. Y cuando esto no sea posible, nuestro plan B debería ser imaginar lo que quisiéramos que las personas que respetamos podrían pensar de nosotros y actuar en consecuencia.
- Recuerda tus malas elecciones. Cuando tomamos malas decisiones o cometemos errores, nuestro cerebro nos hace olvidarlos para hacernos sentir mejor más tarde. Un hábito que puede neutralizar esta tendencia destructiva es centrarnos en ponernos menos etiquetas. Por ejemplo, no debemos evaluar genéricamente si somos "buenos" o "malos". Más bien, deberíamos aprender de los errores que cometemos.
- Reducir la ficción, las películas y las canciones. A todos nos gusta una buena historia para escapar del estrés de la vida y de los bloqueos por el confinamiento. Sin embargo, demasiada ficción y fantasía puede llevarnos a comportarnos como los héroes y villanos de las historias en las que nos sumergimos. Hasta cierto punto, el escapismo es terapéutico, según los científicos de la Estatal de Ohio. Pero más allá de eso, empezamos a pensar que somos Vengadores. ¿Hasta dónde llegamos? Quizás, cuando empezamos a repetir citas de películas.
- No pretendas que eres un experto. Los verdaderos científicos y expertos rara vez hablan de lo que conocen como absoluto. En cambio, la mayoría están más interesados en explorar lo que no saben: su ignorancia. Sin embargo, los investigadores de Cornell han descubierto que la mayoría de las personas "sobrevaloran" su conocimiento. Después de leer una cosa sobre un tema, por ejemplo, se hacen pasar por expertos. Algunos incluso afirman que entienden términos que no existen! El hábito que extingue este tipo de idiotez es simple. Si no estás en el punto en el que sientes que tu conocimiento de algo es sólo la punta del iceberg, cállate.
- No le creas a los psicólogos del pop. Una pequeña sorpresa aquí. La ciencia apoya muy pocas afirmaciones hechas por libros populares de psicología y líderes de pensamiento. Este hallazgo de los investigadores de la Universidad de Gotemburgo resulta en una simple sugerencia. Dejar de creer que cada líder de pensamiento ofrece pensamientos que valen la pena.
- Aprende a orar. La mayoría de nosotros reflexionamos sobre nuestro mal comportamiento, sin importar nuestras creencias religiosas. La evidencia de una investigación sugiere que esto, reflexionar, en realidad conduce a un mayor bienestar. Sin embargo, ¿cómo puedes cultivar tal hábito si nunca te paras a pensar ni siquiera un momento? Una forma es recordar cómo te sentiste la última vez que escribiste una carta en navidad. ¿Se sintió bien o mal?
- Supéralo. El vuelo en traje de alas es un deporte extremo que casi siempre resulta en una muerte violenta. Sin embargo, un estudio reciente de pilotos de traje aéreo descubrió que el ego tiene poco lugar en este deporte. De hecho, la regla más importante de estos pilótos es no sobreestimar las propias habilidades. En su lugar, los temerarios sugieren centrarse en el entorno que les rodea. Siguiendo este hábito, uno aprecia sus limitaciones. Uno solo puede asumir que los pilotos de traje aéreo que violaron estas reglas ya no están para discutir de manera diferente.
Al final, lograr la conciencia de nosotros mismos es realmente una cuestión de desnudarse hasta el fondo. Sin embargo, como una palabra de precaución, este esfuerzo debe ser emprendido con optimismo. Por ejemplo, es necesaria una esperanza constante de mejorar, sin importar cuán fea pueda parecer la verdad. Y al establecer tales cimientos, el convertirse en una especie de superhéroe ya no es una ilusión.
Basado en la versión original en inglés de Forbes, escrito por M. Antony Ewing.