¿Sabes mover la lengua?

Lo que suceda en la boca es determinante para definir la calidad o el color del sonido del instrumento. Se pueden inventar diferentes maneras de mejorar la amplitud de la boca pero nada es tan definitivo para el sonido como saber cuál es la función de la lengua.

El título es algo sugestivo, pero obviamente abordaremos aspectos técnicos de la ejecución de instrumentos musicales de viento.

En la producción del sonido es tan importante el uso del aire como el canal por donde este circula. La corriente de aire se impulsa desde la parte inferior de los pulmones con ayuda del diafragma y se desplaza por la garganta y la cavidad bucal hasta llegar al instrumento. No soy riguroso ni pretendo hacer un gran tratado sobre la disposición milimétrica de la lengua, pero invito a poner atención en dos aspectos fundamentales: la comodidad y naturalidad de la posición de la boca y el empeño en la calidad del sonido que se desea.

En inglés, la palabra tonguing hace alusión al uso que el intérprete de instrumentos de viento hace de la lengua para realizar el “ataque” y “articulación” de las notas en el fraseo musical. En español podría ser una palabra similar a “lengüear” pero es una acepción aún no incluida y además reconozcamos que tampoco tendría mucha musicalidad.

La relajación en la posición de la boca y la garganta permitirá el espacio suficiente para que el aire impulsado desde el diafragma salga hacia el instrumento libremente y con buena temperatura.

Por lo general, los libros o métodos de instrumento que circulan en español han sido traducidos del inglés o del francés y en ellos se dice que la lengua debe ser usada con la pronunciación de la sílaba “TU”. Surge de esto una confusión porque al seguir la indicación de manera literal y sin contexto, el sonido obtenido en el instrumento carece de sonoridad y limpieza desde su inicio. Esto es porque la instrucción de esos textos no se refiere a la pronunciación hispana de la letra T que involucra rigidez, que resta agilidad y estorba para la fluidez del aire; se refieren a la forma como sucede la pronunciación en sus contextos, en los idiomas originales en los cuales fueron escritos.

Para el “ataque”, llamándose de esta manera al inicio de la primera nota, la lengua no dispara el aire sino que se va hacia atrás permitiendo que el aire retenido salga. La lengua cumple entonces una función parecida a la del grifo de agua en donde la presión ya está depositada y solo hace falta liberarla. En el “ataque” el aire viene impulsado desde la parte inferior de los pulmones, por ningún motivo se debe pensar en golpe de lengua ni mucho menos pensar que el control se haga desde la garganta.

En la “articulación”, es decir, el uso de la lengua dentro de varias notas de una frase musical, la utilización de la letra T inglesa o francesa es la que favorece más la producción del sonido. Eh aquí la diferencia: Se produce con un golpe suave que ocurre hacia delante, ya sea hacia los dientes superiores o hacia la pared de la caña, dependiendo del instrumento. El golpe de la sílaba TU debe ser tan suave que permita la salida del aire aún en la consonante. La lengua se comporta relajada y sin acostarse en el paladar, logrando apenas cortes de aire con la punta.

Si con lo leído de este artículo es suficiente para saber que se debe cambiar algún aspecto del uso actual de la lengua, después de hacer varios ejercicios se notará que se logra más estabilidad en el timbre y en la afinación y más seguridad en la interpretación de las frases. Si, por el contrario, aún no he logrado ser convincente, entonces recomiendo iniciar la costumbre de grabarse tocando su instrumento y escucharse, luego comparar con los audios de los solos de intérpretes profesionales de preferencia y notar que en ellos la lengua no genera ruidos ni estorba en la producción del sonido.

Para facilitar la ampliación de la extensión del registro en el instrumento de viento, algunos autores recomiendan emplear unas variables de posición facial: para el registro grave proponen la visualización de vocales abiertas (TA) y para los registros agudos el uso de vocales cerradas (TI). Estas visualizaciones influyen también en el color del sonido.